De esta manera, se cumplió con una de la decisiones que tomó la notable cantante popular en vida; quedar en el aire de tres lugares: en Mendoza, tierra donde vivió y fue una de las fundadoras del Nuevo Cancionero; en Tucumán, donde nació, y en el de la Ciudad de Buenos Aires, donde triunfó y se proyectó al mundo.
El homenaje comenzó con un conmovedor poema recitado por Jorge Sosa. Luego, el padre Aldo Godino, párroco de la Iglesia de San Nicolás, bendijo la urna con las cenizas.
A continuación, Pocho Sosa -gran amigo de “La Negra”- cantó acompañado por la multitud “Cochero de plaza” -una de las cuecas favoritas de la fallecida artista- y otros clásicos como “Calle Angosta” y “Luna Tucumana”.
Estuvieron presentes el hijo de Mercedes, Fabián Matus; sus hermanos Cacho y Chicha, y su sobrino Coqui Sosa.También participó de la ceremonia, el intendente de Ciudad de Mendoza, Víctor Fayad acompañado por funcionarios municipales.
Luego de las canciones, la multitud cruzó de la plaza al canal de riego para esparcir las cenizas de Mercedes.
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