La Ciudad de Mendoza organizó, recientemente, talleres de restauración ecológica en el Parque Deportivo de Montaña, en el piedemonte del departamento. Las actividades se desarrollaron en el marco del financiamiento otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), como parte de un plan integral de restauración y participación ciudadana.
La capital mendocina fue seleccionada como una de las 14 ciudades en el mundo para servir como piloto en la implementación de estrategias de biodiversidad en espacios urbanos. Esta distinción se enmarca en la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas y el Convenio Mundial sobre la Diversidad Biológica, con el objetivo de aplicar un conjunto de medidas destinadas a promover la restauración de ecosistemas a escala.
Los encuentros forman parte de la implementación del Plan de Restauración Ecológica de la Ciudad de Mendoza, diseñado a partir de estudios socioambientales y de los aportes generados en talleres de participación comunitaria, llevados a cabo en febrero de este año. El mismo proyecta una serie de acciones concretas que buscan revertir procesos de degradación ambiental y fortalecer la resiliencia ecológica del área.
Entre las medidas propuestas se destacan: la reforestación con especies nativas, limpieza de residuos, recuperación y mejora de suelos degradados, reutilización de escombros para la construcción de canteros, pequeñas obras para el manejo hídrico y colocación de refugios y elementos que favorezcan el retorno de la fauna silvestre local. En este marco, se convocó activamente a vecinos, vecinas, deportistas, estudiantes universitarios y secundarios, así como a funcionarios y trabajadores municipales, a participar de estas jornadas de restauración.
Los talleres se desarrollaron en distintas zonas del Parque Deportivo de Montaña (PDM). Las jornadas incluyeron tareas de limpieza, saneamiento de microbasurales y la plantación de especies nativas como algarrobo, garabato y pichanilla. Estas actividades contaron con la participación de personal del municipio, integrantes de la Fundación EISA, voluntarios, técnicos en conservación de la naturaleza, ingenieros en Recursos Naturales Renovables y estudiantes de la Escuela San Antonio María Claret. En conjunto, los encuentros reflejaron un trabajo colaborativo y comprometido con la mejora ambiental del parque.








