La Ciudad de Mendoza se prepara para vivir un acontecimiento teatral singular: este jueves 11 de diciembre se estrena “La oposición de Marte”, la pieza elegida para darle vida a la 21° Comedia Municipal Cristóbal Arnold. Las entradas están a la venta y se puede adquirir en este link o en la boletería del teatro por un valor de $10.000 (2 entradas a $16.000). La gran puesta en escena continuará con funciones el 12, 13, 14, 18 y 19 de diciembre.
Escrita por Mau Funes y dirigida por Alejandro Conte, la obra llega con una propuesta vibrante que combina thriller, humor negro, melodrama y poesía en una puesta que explora los artificios del lenguaje teatral con imaginación y dinamismo.
La obra sigue el reencuentro de tres primos hermanos -interpretados por María Franca Amato, Antón Deputat y Franco Crosta- que vuelven a verse tras la muerte de la tía de uno de ellos.
Lo que parece una reunión forzada pronto se transforma en un viaje hacia viejas heridas, silencios incómodos, deseos confusos y un secreto familiar capaz de alterar para siempre su identidad.
Sobre ese territorio emocional, la dramaturgia de Funes construye una pieza híbrida que dialoga con monólogos, escenas corales, rupturas de tono y cambios de foco.
“Quise trabajar una obra atravesada por monólogos, pero sin que dejara de ser coral. Esa mezcla hace que la obra respire todo el tiempo”, explica el autor.
Un dispositivo escénico que juega con el teatro
La estructura de “La oposición de Marte” alterna escenas realistas con confesiones íntimas, irrupciones inesperadas de humor y silencios cargados de sentido.
En ese entramado aparece Zelda, un personaje casi mítico interpretado por Amato, una especie de Medea moderna atravesada por mandatos oscuros heredados.
La puesta, a cargo de Conte -quien ya había dirigido la Comedia Municipal en 2006 con “La Nona”-, incorpora humor, coreografías y dos figuras singulares: los Koken, encarnados por Clara Furlán de Paz y Agustín Díaz, quienes manipulan objetos y escenografías para aliviar la tensión narrativa y crear complicidad con el público.
“Son como personajes de Wes Anderson. Su aparición permite que el drama respire”, describe el director.
Los ‘90, un mito generacional y un cielo rojo
La historia transcurre en los años ‘90 y se vincula con un fenómeno astronómico que marcó al autor: un acercamiento excepcional entre Marte y la Tierra ocurrido a comienzos de los 2000.
Ese suceso funciona como un portal narrativo. “Nos interesaba trabajar con esa idea de información a medias, típica de esa época. Los personajes creen y actúan en base a fragmentos”, señala Funes. Y destaca: “La oposición de Marte aparece como un mito generacional que los empuja a hacer o a pensar cosas que no siempre tienen sentido”.
Para Conte, ese fenómeno aporta un clima inevitable: “Como si el universo conspirara para obligar a estos personajes a enfrentarse con la verdad”.
Una obra sobre mandatos, identidad y memoria
En “La oposición de Marte” nadie es exactamente quien cree ser. Los personajes, al borde de la adultez, buscan entender qué mandatos aceptar, cuáles desafiar y qué verdades familiares están en condiciones de soportar.
La obra también propone una lectura más amplia: la identidad colectiva atravesada por la historia argentina, la memoria de los desaparecidos y los silencios que persisten.
“Los personajes están en esa edad donde uno empieza a elegir quién quiere ser -dice Mau Funes-, tratando de descubrir qué tanto de esos mandatos tienen que ver con uno y qué no”. Y no siempre es fácil cuando lo que heredan estos personajes está lleno de sombras, de secretos o de cuestiones que no terminan de cerrar.
Con música original de Nicolás Diez, escenografía de Susana Rivarola, diseño lumínico de Denis Arnaez y vestuario de “Musas, ropajes teatrales” (de Licia Kühne y Melisa Lara), el espectáculo construye una atmósfera visual y sonora marcada por estéticas noventosas, fragilidad, humor y riesgo.
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