En la Ciudad de Mendoza ya se desarrolla una nueva edición de las Escuelas de Verano, uno de los programas recreativos más importantes del calendario municipal, que acompaña a las familias durante la temporada estival con actividades educativas, deportivas y de integración.
La iniciativa, impulsada por el municipio capitalino, comenzó este lunes 15 de diciembre con gran entusiasmo por parte de niñas y niños, acompañados por sus familias. La jornada inaugural estuvo marcada por un clima festivo, con un espectáculo artístico a cargo de Mostrix y un grupo de baile coordinado por la profesora Estefanía Zamarian. Los chicos disfrutaron de personajes, música y juegos que dieron inicio a la temporada.
El programa funcionará en los cinco gimnasios municipales, a los que este año se suman nuevos espacios mediante convenios de colaboración, como el Club Cano y el Corfam. Además, se incorporaron escuelas de verano destinadas a personas con discapacidad en el turno tarde y propuestas específicas para adolescentes en el CIC Nº 2, ampliando el alcance y la inclusión del programa.
Las Escuelas de Verano están destinadas a niñas y niños de entre 4 y 12 años y cuentan con una participación estimada de alrededor de 2.000 asistentes. La mayoría de las actividades se desarrollan en el turno mañana e incluyen propuestas acuáticas, recreativas y deportivas, coordinadas por profesores de Educación Física, con el acompañamiento permanente de guardavidas y coordinadores de pileta.
“El equipo de las escuelas de verano se ha formado con el fin de establecer objetivos claros. Es importante que la escuela signifique un momento de recreación pero también momentos de aprendizaje. Buscamos formar niños autónomos que sepan gestionar sus necesidades y, por ejemplo, aprendan desde pequeños a armar su mochila con su merienda, sus ojotas, su gorrito, sus antiparras y que por supuesto aprendan a cuidar sus elementos y se hagan responsables”, explicó Mariana Tonn, directora de Deportes y Recreación del municipio.
El programa no sólo busca dar respuesta a la necesidad de contención de las familias durante el verano, sino también promover el movimiento, reducir el tiempo frente a pantallas y generar espacios de aprendizaje y socialización. En ese sentido, se conformó un equipo específico de coordinación de piletas con objetivos pedagógicos claros, orientados al aprendizaje progresivo de la natación según los distintos grupos etarios.
De esta manera, las Escuelas de Verano promueven la autonomía de niñas y niños, fomentando hábitos cotidianos como el cuidado de sus pertenencias y la organización personal, incorporando aprendizajes que acompañan su desarrollo integral más allá del juego y la recreación.


















